Aún estaba oscuro cuando comenzamos el viaje del día tan temido por todos durante tantos meses.
Teníamos nuestros mineros prontos, desayuno rápido y el desafío por delante. Hoy son 12 horas de caminata nos repetíamos todos. Chequeamos algún alimento básico para las paradas técnicas y comenzamos a salir del camping Perros, el Paso Garner (Sr Garner), nos esperaba.
Atentos a las palabras de César que en el bosque oscuro aún buscaba las señas en los árboles para no perdernos, fuimos avanzando de a poco. Luego de una hora y algo el bosque cerrado quedó atrás y se abre paso la montaña, el viento, la preparación de lo que sé venía. El equipo estaba pronto y la ansiedad se notaba. La montaña nos cobijaba cada vez que podía, de a ratos el viento de la montaña soplaba hasta hacernos detener. El camino se hacía angosto, habían subidas empinadas, bajadas inclinadas pero sabíamos que el premio era la cima, el Paso Garner. En el camino nos acordamos de nuestros amigos que estaban afuera, tratando de ingresar y compartir el resto del circuito con nosotros.
De nuestros seres queridos, cómo hacerles llegar está magnitud.
Luego de 4 horas de caminata, un trayecto duro, muy duro...llegamos al paso Garner.
Y ahí todo cambió, algunas lágrimas brotaron por los ausentes, por la belleza del glaciar, sus colores, sus formas, su intensidad, su majestuosidad.. es en el segundo que te sentís empoderada y chiquita a la vez, es en el segundo que agradeces estar viva y poder vivir está experiencia, es el segundo que bendecís la compañía de tus amigos a tu lado.. el glaciar Garner te deja empoderada, viva, libre, emocionada y con la sensación de que somos infinitos.
Grace